El desgaste de materiales, como bien es sabido reduce la eficiencia operativa de los equipos y sus componentes y en la mira está el resultado final: la generación de una fuente importante de costes en las industrias. El término desgaste, de forma global se utiliza para referirse tanto al proceso como a su resultado y corresponde a la pérdida progresiva de material desde un cuerpo sólido debido a su contacto y movimiento relativo contra otra superficie.
La susceptibilidad de un material al desgaste depende de sus propiedades físicas y mecánicas, así como de factores ambientales, es decir, las condiciones a las que está expuesto el material es en otras palabras una función del tribosistema: cuerpo, contracuerpo, interfase y entorno.
Según la evidencia operativa, existe una relación entre el consumo de acero de los medios de molienda y los minerales sulfurados, dado que estos últimos promueven el consumo mediante el mecanismo de corrosión lo que se suma al de abrasión e impacto entre bolas.
El control del pH en los molinos, puede utilizarse como una medida para reducir el consumo de acero producido por corrosión; ya que, dado que, la mayoría de los sulfuros presentes en las Plantas Concentradoras tienen diferencia de potencial respecto a la de los medios de molienda, implicando reacciones galvánicas que promueven la oxidación del acero, contribuyendo a su desgaste por corrosión.
Fuente: https://www.magotteaux.com/3-grinding-media.html
Estas reacciones redox se suman a las que ocurren entre minerales modificando, así, permanentemente el potencial químico de la pulpa de molienda. Además, este par galvánico no sólo influye en flotación al modificar el potencial de la pulpa, ya que la reacción de reducción corresponde a la reducción del oxígeno, consumiendo el oxígeno disponible en la pulpa y afectando la adsorción de los colectores durante flotación.
El pH ha sido reconocido como uno de los factores más influyentes en el desgaste de los medios de molienda, pues a bajos valores de este existe mayor disponibilidad de iones H+, lo cual favorece la reducción por reacciones catódicas. Algunos autores explican este fenómeno a partir de que a bajos valores de pH no se forma una capa pasivante en la superficie del medio, promoviendo la disolución activa de las bolas junto con la reducción de iones de hidrógeno a hidrógeno gaseoso.
Finalmente, también existe una correlación o más bien una sinergia entre los distintos mecanismos de consumo de acero, pues un material que ya ha sido desgastado físicamente u erosionado será más fácilmente corroído, esto es por supuesto dado que se deja más área expuesta e intersticios fácilmente atacables.
¿Te interesan estos temas? ¿Cuál crees tú que es el consumo de bolas en la industria del cobre? ¿Cómo se estiman estos consumos en una operación normal? Cuéntanos, déjanos un comentario*.
*Recuerda que, si necesitas conversar más detalles acerca de nuestra publicación, podemos coordinar una conversación vía Teams. Puedes escribirnos a contacto@empiricaconsultores.cl