TEST DE CICLO CERRADO (TCC)

Un TCC es un conjunto de pruebas cuya finalidad es evaluar un diagrama de flujo de una planta concentradora y/o generar una proyección metalúrgica para el tipo de mineral que se está estudiando. 

Una planta concentradora por flotación está compuesta por más de una etapa de procesamiento; estas etapas usualmente incluyen recirculación de algunas corrientes para ser retratadas. Para simular a nivel de laboratorio una operación continua se hace un TCC, experiencias que permiten emular a través de pruebas Batch, el comportamiento metalúrgico de una planta industrial.

Cada etapa de la prueba está compuesta de ciclos interconectados, generando productos intermedios que son recirculados como alimentación al ciclo siguiente. Para llevar a cabo el TCC se debe determinar el número de etapas o ciclos de carga fresca que ingresará al circuito de flotación. Usualmente se toma como referencia 6 ciclos, realizando el primero en base a parámetros o condiciones determinadas a partir de pruebas preliminares, donde se hayan obtenido los mejores resultados (Michaud, 2015). 

Para confirmar el diagrama de flujo y producir la proyección metalúrgica deseada, se requiere llegar al estado de equilibrio en las pruebas, lo que considera determinar: el número de ciclos que se deben realizar, el mejor método para evaluar si en la prueba se ha alcanzado el estado de equilibrio, el mejor método para producir una proyección metalúrgica y la validez de dicha proyección. Las variables más relevantes para la ejecución de dicha prueba serian: densidad de pulpa o porcentaje de sólidos, volumen de celda, circuito de procesamiento, número de etapas y configuración del circuito, entre otros.

En un TCC se generan productos intermedios y finales, los productos intermedios son comúnmente colas de alguna etapa de limpieza que deben recircularse como alimentación a una etapa en particular. Los productos finales e intermedios del último ciclo son sometidos a una separación sólido-líquido, incluido secado, para la obtención del balance metalúrgico. 

“Un test de ciclo cerrado puede proveer tanta información como lo hace una prueba en continuo a mayor escala, además de ahorrar costos, cantidad de muestra a ensayar y esfuerzo necesario para llevar a cabo la prueba en continuo” (Nishimura, Hirosuke, & Jinnai, 1989).

A modo ejemplo, se muestra un circuito típico para la realización de un TCC el cual se compone de 6 ciclos. Se inicia con una Etapa Rougher la cual es alimentada con el producto de la Etapa de Molienda, el Concentrado Rougher pasa por una Etapa de Remolienda para luego ser alimentado al circuito de Limpieza, mientras que la cola Rougher es descartada del circuito como producto final. El este caso el Circuito Cleaner está compuesto de 2 Etapas de Limpieza y una Etapa de Barrido. El producto proveniente de la remolienda alimenta la primera Etapa Cleaner, cuyo concentrado alimenta la segunda Etapa Cleaner, mientras que la cola alimenta a la Etapa de Barrido obteniendo 4 productos, dos de ellos son los Productos Finales (Concentrado Final y Cola Scavenger), los Productos Intermedios (Cola 2do Cleaner y Concentrado Scavenger) son recirculados como alimentación al ciclo nuevamente. Una vez terminado la prueba y caracterizado los productos finales se elabora el balance metalúrgico correspondiente.

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