Hoy en día estamos viviendo tiempos desafiantes, en donde existen cambios significativos en los modelos de negocio de las organizaciones, desafíos en el liderazgo organizacional, procesos de transformación y competencia globalizada. La pandemia aceleró un proceso que ya había comenzado, y sin ninguna duda, el cambio no se detendrá. El proceso de desarrollo de la era digital ya está aquí y ahora. El proceso de respuesta de las organizaciones va a marcar su continuidad en el futuro o su inevitable declive.
La primera revolución industrial (1760-1820) estuvo marcada por el invento de la máquina de vapor de James Watt, mientras que la segunda revolución (1820-1900) se caracterizó por el descubrimiento de la electricidad y un fuerte desarrollo de los procesos de industrialización. La tercera revolución industrial (1900) se inició con el invento de los computadores, mientras que la cuarta revolución industrial está caracterizada por la conectividad e inteligencia de los equipos computacionales. La revolución industrial 4.0 que estamos viviendo se identifica por el desarrollo de nuevas tecnologías como, por ejemplo, la Robótica, 5G, Analítica Avanzada, Inteligencia Artificial, IoT, Big Data y nanotecnología, entre otras.
Las organizaciones actuales que quieran ser competitivas en un mercado y en especial frente a un cliente transformado (digital) y cada vez más demandante, deben elegir e identificar de forma estratégica las tecnologías emergentes que mejor satisfacen sus necesidades. Si las organizaciones no se suben al carro de la tecnología están destinadas inevitablemente hacia el fracaso. La pregunta que surge de inmediato en este escenario es: ¿cómo se desarrolla la habilidad de permanecer vigente en esta nueva era?
Las organizaciones que presentan un bajo nivel de madurez digital están centradas en la solución a problemas de negocio discretos implementando soluciones tecnológicas individuales, lo cual refleja que la implementación de tecnología por sí sola no es suficiente para mantenerse vigente.
Hoy en día la habilidad para permanecer en forma efectiva en un mercado altamente competitivo y digitalizado está dada principalmente por el desarrollo de una estrategia digital clara, ad-hoc a cada organización y promovida por lideres competentes que sepan comunicar adecuadamente la estrategia digital dentro de la organización.
Sin embargo, ¿es esto suficiente? Peter Drucker dijo: “La cultura se come como desayuno a la estrategia”, ya que la cultura es la que traduce la estrategia en acciones y comportamientos que producen resultados.
Sin duda alguna, la tecnología juega un papel importante en los procesos de transformación, pero no es suficiente para generar un grado de madurez digital significativo, por lo que debe estar acompañada de una estrategia digital clara y precisa. Por ende, es un deber que los lideres sepan cómo promover un cambio cultural que permita el desarrollo de la estrategia, aplicando soluciones tecnológicas que abran paso una transformación digital verdadera y perdurable que facilite la continuidad del negocio en un ambiente de constante cambio.